El mundo entero está comenzando a comprender toda la dimensión concreta del cambio de paradigma que la pandemia del Coronavirus nos traerá.
Y comienzan a escucharse voces de empeñosa búsqueda de soluciones para los cambios que se avecinan.
Como ves que va a afectar la pandemia a nivel global?
No estoy en condiciones de señalar cambios en los aspectos de salud que ello comportara. Pero sí en algunos otros aspectos centrales:
• La globalización ya no es solo un mérito, más bien podemos registrar que el mundo uno también permite expandir una pandemia de manera rápida y en forma sin límites de distancias ni territorios.
• Las grandes concentraciones megalopolitanas empiezan a gozar de un demerito creciente, no solo por cuestiones de congestión y hacinamiento que impide las distancias de aislamiento necesarias para evitar el contagio, sino en particular porque generan gigantescos fenómenos de pobreza y exclusión con falta de agua potable y saneamiento, que impiden la higiene necesaria.
• La disminución de actividad económica que el aislamiento provoca aumentan la debilidad de grandes sectores de la población, en particular esas áreas de migración interna que se agolpan en las periferias de las grandes ciudades.
Sin embargo, también aparecen en el horizonte cercano e incluso inmediato, algunas gigantescas oportunidades. El cambio de época que muchos ya vaticinábamos, siguiendo a Edgar Morín, ya se instaló, donde darse la mano quizás ya no será realizar un gesto de amistad sino un gesto de posible contagio, y donde para estar en comunidad debemos usar medios digitales y no estar en proximidad.
Desde nuestra óptica se debe cambiar la escala de los sistemas sociales, volviendo a la comunidad local, incluso al barrio, pudiendo alcanzar el mundo global con estos nuevos medios y sintiéndonos parte de nuestros vecinos inmediatos como una comunidad de prevención de delitos y enfermedades pero sobre todo para el reforzamiento de los lazos de empatía y la inteligencia con el bien común.
¿Cómo se ha presentado esto mismo en nuestro país?
A nivel del sistema de salud, comenzando tempranamente la cuarentena, se ha podido contener la rapidez de la expansión del virus, y hasta hoy se presenta entonces un panorama de prudente optimismo. Pero a nivel del sistema de gobernabilidad en general, ya habituados a la cuarentena, volvemos a prácticas de prepotencia, de unos sectores sobe otros, que no fueron consensuadas ni consultadas. El oficialismo parece gozar de todas las impunidades y la oposición de toda la impaciencia para aprovechar de las debilidades u errores. No hemos visto todavía un plan de salud para mejorar las condiciones hacia el futuro, donde seguramente cuestiones de nutrición, deportes y educación deberían cobrar nuevo vuelo, ni menos aún un plan económico que comience a revertir la insustentabilidad de lo que muchos ya consideran un 50% de la población argentina.
Se ha instalado fuertemente la capacidad de hacer goles desde la improvisación y la viveza y se sigue descuidando la capacidad de planear partidos y campeonatos. Es decir, de las estrategias para un país más sustentable.
¿Y en relación a Mar del Plata?
No me siento capacitado para decir lo que está ocurriendo en estos últimos años, pero sí estoy autorizado a opinar que la cultura del derroche y la incapacidad de construir políticas de estado se han seguido practicando también en esa querida ciudad.
Hace cuatro años se terminó de hacer el Plan Estratégico sustentable de Mar del Plata, con amplia participación de la sociedad, y gran empeño de cámaras y colegios profesionales. Se hizo como fruto de un concurso público y nuestra Consultora CEPA, que trabaja en estos grandes desafíos desde hace 46 años, tuvo el orgullo de ser ganadora y realizar el trabajo.
¿Qué sucedió después?
Cambió el gobierno municipal y se lo dejo de lado. Pudo haberse enriquecido y ajustado con el nuevo gobierno y desde ya actualizarlo para llevarlo hasta el presente. Pero que sepamos no se lo hizo.
Esas estrategias parecen ahora haberse anticipado a esta pandemia. Tienen en su haber, fruto de muchos estudios y consensos participativos:
• La búsqueda del fortalecimiento del área rural de todo el Partido de General Pueyrredón (FRENTE VERDE), para la seguridad alimentaria, la producción rural intensiva y el cuidado del paisaje.
•La propuesta de no extender el área urbana, en sectores sub-urbanizados con escases de servicios e infraestructura, sino el completamiento de la mejor ocupación de las zonas ya urbanas, con condiciones de mejor cumplimiento de todas las necesidades para la calidad de vida.
• La descentralización, llevando a todos los barrios capacidades de encuentro social y deportivo, de salud y educación, acercando las cualidades de ciudad a los barrios, en lugar de borrarlos por descuido y deterioro.
• El fortalecimiento de un turismo de todo el año y de unas actividades de cultura y tecnología que diversifican en ese turismo.
• El fortalecimiento de la gobernanza social y comunitaria en una democracia más abierta y en un planeamiento participativo
La nueva situación pos pandemia puede utilizar esos criterios estratégicos para retomar la discusión y no perder nuevamente muchos años sin rumbo.
Estas y otras contribuciones de los colegios profesionales, las universidades y las demás formas de la sociedad organizada, pueden acelerar el cambio necesario.
La cultura es una estratificación de acontecimientos y conocimientos. Mar del Plata posee datos innegables de esa cultura y solo debe incorporar un mayor saber del consenso para no caminar hacia atrás.